Halfway es un SRPG de gráficos elegantemente pixelados, que destaca entre la miríada de videojuegos independientes del catálogo de Steam por no venir financiado a través de Kickstarter ni haber estado un par de meses en Early Access. Habiendo probado el resultado, por desgracia, me atrevería a decir que ninguno de estos pasos previos le hubiese venido especialmente mal a un juego que se conforma con mostrar un bonito continente, y se olvida completamente del contenido. No me gusta que no me guste un juego. Y me desagrada especialmente cuando se trata de un título tan bonito como es Halfway. Pero tras terminar la campaña resulta tan, tan evidente que a lo único que se le ha prestado atención ha sido al apartado visual, que no queda más remedio que mirar al suelo y pensar en lo que podía haber sido y no fue.
Archivo del Autor: Andresito
Casi divino
Divinity: Original Sin
Estos belgas de Larian Studios son gente muy rara. Con el primer Divinity consiguieron engañar a todo el mundo, haciéndonos pensar que se estrenaban en pleno 2002 con otro clon más de Diablo, cuando en realidad habían creado un título mucho más cercano a la saga Ultima (a los Ultima buenos, para ser más precisos). Con Beyond Divinity, la teórica continuación de la saga, se confundieron tanto que necesitaron esperar hasta 2009 para sacar, esta vez sí, la «verdadera» secuela: Divinity 2. Éste, lejos de intentar ser medianamente continuista, daba un giro de 180 grados a la franquicia y, de regalo, permitía al jugador convertirse en dragón y lanzar fuego por la boca. Por si esto fuese poco, se permitieron el lujo de hacer una expansión que comenzaba con un guiño a Terminator 2. Tres años más tarde sacaron ese híbrido rarísimo de estrategia en tiempo real y acción que es Dragon Commander, para un año más tarde, kickstarter mediante, sacarse de la manga una vuelta a los orígenes del tamaño de una catedral llamada Divinity: Original Sin. Lo dicho, estos belgas de Larian Studios son gente muy rara.
El roguelike por excelencia, ahora en la plataforma por excelencia
ADOM (Ancients Domains of Mistery)
Steam Greenlight ha demostrado, con el tiempo, ser un invento del demonio capaz de frustrar a desarrolladores decentes y usuarios ingenuos por igual. La plataforma se ha convertido en un ciclón de mierda apestoso que cada mes salpica las «novedades» de Steam. Por suerte, de vez en cuando, entre las decenas de juegos para móviles venidos a más y prototipos apenas en «alpha», se cuelan joyas como ADOM (Ancients Domains of Mistery), uno de los roguelike más importantes e influyentes de la historia. Sin exagerar ni un poquito.
Como el primero, pero más sin terminar
Warlock 2
Todavía tengo en borradores el artículo que empecé a escribir sobre el primer Warlock, una suerte de Civilization V de garrafón ambientado en un mundo de fantasía medieval en el que grandes magos sustituían a los tradicionales líderes. Pese a que la última fecha de edición de ese borrador se va hasta mayo de 2012, recuerdo perfectamente que no lo terminé porque me dio pereza. Mi razonamiento, entonces, fue el siguiente: si sus desarrolladores, Ino-Co Plus, no se han tomado la molestia de terminar el maldito juego, ¿por qué voy a tomarme yo la molestia de terminar este puñetero texto? Y con Warlock 2 casi me pasa lo mismo. Pero ya está bien.
Mutant Gangland
Mutant Gangland es un juego de estrategia por turnos que toma prestados muchos conceptos del genial Advance Wars para presentar un singular conflicto entre mutantes y robots. La mecánica del juego es prácticamente idéntica que la del clásico de Nintendo: dos jugadores (o un jugador y la IA) se enfrentan en escenarios relativamente pequeños, en los que podremos conquistar edificios y, por supuesto, aniquilar a las unidades enemigas. Claro que normalmente hay otros objetivos, pero destrozar al bando contrario suele dar muy buenos resultados.
Games Workshop, cabrón, reedita Mordheim
Mordheim va a tener un videojuego
Mordheim es un derivado absolutamente maravilloso de Warhammer, que mucha gente posiblemente conozca por ser el hijo bastardo (y fantástico) del no menos bueno Necromunda. Se trata de un juego de mesa en el que bandas de seis a veinte miniaturas se enfrentan en escenarios atiborrados de escenografía en los que destacan edificios medio en ruinas de varias plantas (en los que se puede entrar). Es, para que nos entendamos, lo más parecido que se ha hecho a un SRPG en juegos de mesa. Especialmente si tenemos en cuenta que tras cada enfrentamiento las miniaturas ganan experiencia, suben de nivel, pueden comprar equipo, alquilar mercenarios o explorar las ruinas en busca de tesoros. Dicho esto, supongo que entenderéis mi entusiasmo con el anuncio de Mordheim: City of the Damned, un videojuego basado en la licencia que saldrá a la venta a finales de este año.
Just like the real thing!
CaesarIA
CaesarIA es un remake de código abierto del clásico Caesar III, qué aspira a ofrecer prácticamente el mismo juego de finales de los noventa, adaptado a las posibilidades (y exigencias) de los ordenadores modernos —y con soporte para Windows, Linux, MacOSX, Haiku y Android. Además, la idea es incluir un bonito modo multijugador que permita a varios jugadores culturizarse mutuamente a espadazo limpio a través de Internet o red local. Y digo que es la idea, porque hace tan sólo unos días que salió la primera versión (alpha) jugable y todavía hay algunas prestaciones que sencillamente no están incluidas dentro del juego.
The Sorrow, cómeme la polla
Metal Gear Solid 3: Snake Eater
Metal Gear Solid (1) es un juego que va sobre un señor que se mete en una base llena de terroristas muy raros y los revienta a todos. A algunos varias veces. Metal Gear Solid 2 va sobre un señor diferente que se vuelve a meter en una base llena de terroristas aún más raros y los revienta a todos. A algunos varias veces. Y Metal Gear Solid 3: Snake Eater, por supuesto, va de otro señor distinto que se vuelve a meter en una base llena de terroristas muy raros —aunque antes pasa por una jungla— a los que revienta. A algunos, sí, lo habéis adivinado, los revienta varias veces. En las dos primeras entregas de la franquicia la fórmula funciona sin demasiados problemas, y en esta tercera no sólo es que funcione, sino que por fin todo encaja y se conjuga para crear un videojuego que, esta vez sí, es verdaderamente redondo.
Donde dije digo, digo Diego
GOG la caga, GOG rectifica
Hace unos días GOG.com anunció que empezaría a vender algunos títulos —principalmente nuevos lanzamientos— adaptando su precio según la región desde la que se quisieran comprar. O lo que es lo mismo, anunciaron que se iban a pasar por el Arco del Triunfo uno de sus mandamientos más importantes junto al «always DRM free«. Sin embargo, hoy, tras recibir un aluvión de críticas en sus foros oficiales, han publicado un comunicado en su página web oficial, en el que se disculpan y aseguran que finalmente no adoptarán esta nueva medida. La alternativa: por el momento proporcionarán códigos para juegos de seis o diez dólares como compensación en aquellos casos en los que una compañía imponga un sistema de precios regional. Por el momento. En un par de meses, aseguran, tendrán lista una función similar a la «steam wallet» con la que podrán compensar directamente a los usuarios por esa diferencia de precio. Así, queridos amigos, es como fidelizas al consumidor.
Y por cierto, ahora mismo tienen unas ofertas del 90% absolutamente disparatadas que igual no deberíais dejar de ver.
Alpha Protocol está en un humble bundle
SEGA ha sido la última compañía en prestar sus videojuegos a los «humble bundle» semanales, y lo ha hecho con artillería pesada. Por un dólar es posible añadir a la cuenta de Steam Rome Total War, Hell Yeah!, Company of Heroes y Alpha Protocol, uno de los videojuegos más queridos del ilustre Handlolo. Por un poquito más, seis dólares que al cambio son algo más de cuatro euros, añadimos cositas tan chulas como el Typing of the Dead, Renegade Ops, 10 clásicos de megadrive, Medieval II: Total War y el genial Binary Domain. Y si nos ponemos súper espléndidos y llegamos a los 15 dólares, también nos llevamos el Shogun 2: Total War. No exagero ni un poquito si digo que este es de largo el mejor Humble Weekly hasta la fecha. SEEEEEEGA.
Pierde tu vida social sin pasar por caja
OpenTTD
OpenTTD es un clásico dentro del mundo de los videojuegos independientes que no debería necesitar presentación. Y sin embargo entiendo que la necesita, porque estamos hablando de un título que lleva más de una década en fase de desarrollo, y eso es una maldita eternidad en términos de Internet. Se trata, a grandes rasgos, de un remake de código abierto de Transport Tycoon Deluxe, que con el tiempo ha ido haciéndose mucho más grande que el original en todos los aspectos. Hasta el punto que actualmente está disponible para Windows, Mac, Linux y Android, en más de veinte idiomas diferentes (incluyen español).
Late to the party
Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty
Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty fue el primer videojuego de Playstation 2 que compré con mi dinero. Lo compré en un extinto Urende, edición platinum, pese a que el primer Metal Gear Solid nunca terminó de parecerme un gran juego. Lo hice porque por aquel entonces era un adolescente muy influenciable y no tenía un sólo amigo que no estuviese absolutamente convencido de que ésta, con permiso de Final Fantasy, era la mejor saga de la historia. Pese a todo nunca lo llegué a terminar. Recuerdo llegar al gordo de los patines y pensar: «hasta aquí». Y hasta ahí fue. Sin embargo, con motivo de la reedición HD para PSVita, casi diez años más tarde le he dado una segunda oportunidad. ¿Y sabéis qué? No me arrepiento. Pese al gordo de los patines.
Que Dios nos pille confesados
Grezzo 2
Grezzo 2 es, muy probablemente, el videojuego más ofensivo y disparatadamente sádico que podamos echarnos a la cara a día de hoy. Estamos hablando de un título cuyo modo historia comienza con nuestro protagonista —que tiene el aspecto de un enemigo del Redneck Rampage— asaltando una iglesia en plena homilía y liándose a tiros con señores vestidos de domingo, viejecitas y curas. Y quien dice liándose a tiros, dice pateando, ensartando, incinerando o reventando con todo tipo de armas.