Finalizo con este Dante’s Inferno la trilogía de los Hack & Slash de este 2010 (junto a God of War III y Bayonetta). El cruzado Dante se va a repartir hostias al infierno y, aunque seguro que no esperabais ver este análisis a estas alturas, en El Píxel Ilustre no nos lo íbamos a perder.
Tras demostrar su valía ante todo el Panteón Helénico, vamos a poner a Kratos ante un rival a su altura: Bayonetta, la brujita cachonda de Sega y Platinum Games. Dante, el aspirante por parte de EA ha abandonado la disputa a última hora argumentando problemas de salud. Vamos, que se ha cagado…
Buenos días. Solo pasaba por aquí y me apetecía cagarme en la puta madre de alguien. Y por eso seguimos con los Retro ¿Amor?, rememorando esas grandes mierdas en forma de videojuegos que nos comimos con patatas cuando no estábamos sobresaturados de información gracias al milagro moderno que es internet. Mi próxima víctima: el segundo juego que compré para PSOne (el primero también merecería su Retro ¿amor?, pero no es una mierda tan grande como la que nos traemos entre manos) y a la vez el juego que más me arrepiento de haber adquirido: Chronicles of the Sword
Los mundos del cine y de los videojuegos cada vez están más cerca. No sólo por la mejora creciente de los gráficos en los videojuegos, también por el uso y abuso de diseño por ordenador (gráficos al fin y al cabo) en las películas. Además, cada vez más podemos reconocer recursos de los videojuegos en las películas y viceversa. Por ello voy a hablar de God of War III como una Súper-Producción.
Con todo el revuelo que se ha montado con el Red Dead Redemption, en el Pixel Ilustre hemos pensado que seríamos la hostia de originales si publicábamos un artículo hablando sobre juegos ambientados en el lejano oeste. Nada más empezar a redactarlo, he visto que en Pixfans hicieron exactamente eso hace poco más de un mes… Que guay… Aún así, soy tozudo como una mula y voy a hablar de otros juegos de pistoleros, para que veáis que somos la hostia de originales… pero un poco menos ¡Desenfundamos!
Una de las grandes cagadas de Nintendo fue la Virtual Boy, la consola portátil menos portátil de la historia (seguida muy de cerca por la Sega Game Gear). No salió de América y Japón y su catálogo se limitó a poco más de una decena de juegos.
A mediados de los años 70, el mundo de la música estaba dominado por la música Disco. La era del Rock, con bandas como Led Zeppelin, Deep Purple y Black Sabbath como abanderados había llegado a su fin. Afortunadamente, en Inglaterra apareció la New Wave of British Heavy Metal, liderada por bandas como Saxon, Judas Priest e Iron Maiden y dieron a entender que el Rock no estaba muerto, como querían hacernos creer. Al otro lado del atlántico, en Estados Unidos, una de las bandas que empezaron a marcar el resurgir del Rock tenía un nombre propio: Van Halen.
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Aunque ya no está de moda, hace unos años, todo producto medianamente enfocado hacia el público infantil debía tener una mascota. Nintendo tenía a Mario, Sega tuvo a Alex Kidd y a Sonic y las third parties se estrujaban las meninges para parir un muñequito que les brindara el favor del público. Como no podía ser de otra forma, los alimentos y bebidas también entraban en el juego y sus mascotas protagonizaban lisérgicos anuncios de TV, donde los muñequitos salían de las cajas de cereales para explicar las virtudes nutricionales del alimento a una atenta MILF madre mientras el niño miraba embobado. ¿Que pasa cuando ese mundo y el de los videojuegos se unen?
Sí, está bien escrito y no sobran los interrogantes de ¿Amor? A veces da la impresión que todo tiempo pasado fue mejor y que todos los juegos de los sistemas de 8 y 16 bits eran la polla en verso. Nada más lejos de la realidad: había multitud de porquería pixelada con el agravante que no estaba ahí internet para avisarte. Os presento una castaña pilonga que me comí con cáscara y pelos con mi Master System: Heroes of the Lance.
Además de la piratería, Electronic Arts tienen otra espinita clavada: los juegos de segunda mano. Claro, les jode ver como algunas cadenas de tiendas revenden sus juegos sin que les toque ni un solo céntimo de beneficios. Sin perder un solo segundo, han puesto su piara de genios malignos (toda gran empresa tiene una) para ver de qué manera pueden sacar su parte del pastel. Y vaya si la han encontrado…
En The Saboteur ya incluyeron algo similar: un código para un DLC de un solo uso, en este caso con tetas como bonificación, si comprábamos el juego nuevo, pero en los próximos títulos deportivos de EA (y eso incluye el FIFA 11), si lo compramos de segunda mano no podremos jugar online a menos que pasemos por caja. ¡Qué simpáticos!
Es triste pedir, pero mas triste es de robar
Fuente: IGN UK
¿Te va el Retro Gaming y te pasas el día jugando con juegos viejos? ¿O bien odias los píxeles y cambias de juego cuando ves malas texturas y dientes de sierra? Si no estás en ninguno de estos dos extremos, gracias a un Cosmopolitan que mi novia se dejó en el WC te ofrecemos una forma para salir de dudas sobre si ir a por Sega MegaDrive Ultimate Collection va a ser un acierto o una cagada. Solo elige A, B o C
Gigantomastia. Tras este palabro tan feo se esconde una de las enfermedades femeninas más incomprendidas por el varón medio. Consiste en el hiperdesarollo de las glándulas mamarias, con los problemas óseos y musculares que ello conlleva. Aunque a muchos hombres nos parezca mentira, a veces las tetas pueden ser demasiado grandes. Y si no, que se lo pregunten a Tifa Lockhart.
Echad un ojo a la estantería donde guardáis los juegos. Seguro que algunos os están mirando con ojos de corderito degollado, pendientes de completarlos. Y no estamos hablando de tenerlos al 100% o con todos los logros y trofeos, sino simplemente acabarlos, finalizar la misión principal y ver la cinemática final, con sus títulos de crédito que tanto nos gustan a todos (especialmente los que no se pueden saltar). A continuación, os ofrezco una lista de motivos, llenos de demagogia y sin el mínimo atisbo de rigurosidad científica ni estadística, de por qué no nos pasamos los juegos