Como ya sucedió el año pasado, la asociación de la que formo parte, MálagaJam, voló hasta Barcelona para echar una mano durante la celebración del IndieDevDay. Estamos en las mismas. Ni pude probar videojuegos, ni vi la gala de premios (si es que hubo, que ni lo sé), ni pude disfrutar de ninguna de las charlas y conferencias que tuvieron lugar a lo largo del fin de semana. Pero eso es lo de menos. Lo importante es que, una vez más, buena parte del talento del sector del videojuego se juntó en un mismo recinto, bajo un mismo techo, no ya para hablar e intercambiar ideas, sino para perrear e intercambiar pasos de baile prohibidos.
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Guadalindie, donde nace el amor por los videojuegos
Este pasado fin de semana se celebró en Málaga la feria de videojuegos independientes Guadalindie. El evento, que ha sido un éxito tan abrumador que muchos aún nos estamos secando lágrimas de felicidad, ha sido posible gracias a la labor mastodóntica de un grupo de voluntarios entre los que me incluyo. Este hecho, el que haya sido un éxito y el que todos seamos voluntarios —incluyendo a Raúl López, su incombustible director— me ha hecho pensar. Y, tal y como animó a hacer Marta Trivi durante el colofón de la feria, quiero reflexionar en voz alta.
MálagaJam Weekend 17: JUEGO en estado puro
La industria del videojuego es una mierda. Las incesantes noticias sobre despidos nos entumecen ante una realidad difícil de digerir: hay algo podrido dentro de este mundillo que tanto nos gusta. Pero no todo es ponzoña. Este pasado fin de semana, enmarcada dentro de la Global Game Jam, tuvo lugar la MálagaJam Weekend 17. Al margen de coronarse como la sede presencial más grande del mundo con más de trescientas personas dedicadas en cuerpo y alma a la creación de videojuegos y juegos de mesa, la jam en la que intento poner mi granito de arena desde hace algo más de un año demostró una vez más el poder generador tan arrollador y necesario de las jams.
Los largos tentáculos de Rockstar: el caso Vice City/Vulgar Chaos
Había una vez una banda de metal llamada Vice City. Llevaban desde 2009 dando caña por la escena metalera mallorquina, sin más preocupaciones que hacer disfrutar al público con su potente música. Poco a poco, fueron grabando sus cosillas, progresando como como banda y fue inevitable intentar subir algunos peldaños… Pero entonces les llegó un burofax.
Probad los juegos de la Indie Spain Jam 2023
Hoy mismo, día 25 de septiembre, ha terminado la primera fase de la Indie Spain Jam 2023. Si vuestro cerebro funciona como el mío, es posible que hayáis leído Indie Space Jam y en vuestra cabeza solo esté la imagen de Michael Jordan machacando por encima de un dibujo animado. Pero eso es irrelevante. Lo importante del asunto es que, desde hace siete días, algunas de las personas con más talento dentro del panorama del videojuego español han estado dale que te pego desarrollando videojuegos con la temática «Cae la noche». En total, según la propia página de Itchio, hay 177 participaciones. 177 videojuegos a los que podéis jugar ya. Y, como sé que son muchos y nadie tiempo pa’na, me he tomado la libertad de hacer una pequeñísima selección gourmet para empezar a abrir boca. Que no se os olvide valorarlos después de jugarlos.
Aprende a amar los roguelike
El roguelike es posiblemente el único género de videojuegos cuyos parámetros identitarios se intentaron definir —con muchísima seriedad, además— con el único objetivo de distanciarlo de una nueva corriente de videojuegos con los que, si bien compartían algunas características, los más puristas sentían intrusos. Esto ocurrió durante la primera International Roguelike Development Conference en lo que, a día de hoy, se conoce como «la interpretación de Berlín». En el texto original, los muy iluminados incluso establecieron «factores de valor alto» y «factores de valor bajo» para referirse a los distintos ingredientes que, bajo su criterio, debían confluir en un buen representante del género. Básicamente, lo más nerdo de la comunidad del roguelike se reunió en el año 2008 para repartir carnés.
IndieDevDay: más y mejor
Estoy empezando a escribir este texto sentado en un avión dirección a Málaga, entre una mujer dormida en posición fetal y un hombre que mira memes con una sonrisa bobalicona en el rostro, después de haber estado todo el fin de semana echando una mano en el IndieDevDay de Barcelona. El evento, que apenas lleva seis ediciones, se ha convertido en muy poco tiempo en un monstruo cultural por el que han pasado más de 12.000 personas en menos de 72 horas con intenciones muy diversas. Hay quien venía a probar jueguitos y quien venía a enseñarlos, quien venía a pedir perras y quien quería prestarlas, quien venía a hablar de su libro y quien venía a comprar chapas, y, por supuesto, también quien venía a ver y quien venía a que le vieran.
Juega al rol
Mi primer RPG fue Diablo, que salió en 1996 pero yo jugué en el 97. La edición en caja de cartón tenía un precio prohibitivo de, si no recuerdo mal, 8500 pesetas (unos 52 euros al cambio), por lo que me tuve que conformar con una versión pirateada que venía junto a muchos otros juegos de la época, dentro de un Tatoo o un CD-Mix. Esta versión ripeada del juego, sin embargo, tenía un problema: venía sin escenas de vídeo, que por aquel entonces solían ser lo que más espacio ocupaba dentro de los CDs y, por tanto, lo primero que se recortaba en pos de apelotonar más títulos dentro de esas mixtapes interactivas que tan populares se hicieron a finales de los noventa. Es por este motivo que, cuando por fin asesté el golpe de gracia a Diablo, en lugar de ver la escena de vídeo correspondiente, vi un corte a negro al más puro estilo Los Soprano. Varios segundos después volvía a estar en Tristán, sin tener ni idea de lo que había pasado, listo para seguir matando esqueletos y recogiendo monedas del suelo.
Encuentra tu nicho
Hace unas semanas, Jordi de Paco explicaba en una de sus charlas celebradas durante la Málaga Jam cómo había sido el recorrido de Deconstructeam. En su ponencia compartió que durante los primeros años trataron de optimizar sus recursos focalizándose en diseñar los juegos que «parecían funcionar mejor» con el público del momento. Este enfoque era fuente de frustración y miserias, ya que ni el proceso era especialmente enriquecedor, ni los resultados posteriores eran para tirar cohetes.
Ve a una game jam
Ve a una game jam. Entérate de si en tu pueblo o ciudad organizan game jams y, si es así, apúntate. Si resulta que en tu localidad no hay nada, no te preocupes. Infórmate de dónde te queda la más cercana y ve a esa. Si te lo puedes permitir, echa un vistazo a las diferentes propuestas que hay en España, que hay muchísimas, elige aquella en la que creas que te vas a sentir mejor, y apúntate. Creo que no te arrepentirás. Y lo creo porque este es exactamente el mensaje que a mí me habría gustado leer hace quince o veinte años, cuando las game jams me parecían eventos inaccesibles, con un público objetivo en el que yo, que a duras penas sé escribir y mucho menos desarrollar un videojuego, no estaba incluido. Las game jams también son para ti.
Lo cósmico es político
The Cosmic Wheel Sisterhood y el demonio de la responsabilidad individual
Lo último del estudio valenciano Deconstructeam (Gods Will Be Watching, The Red Strings Club) es una aventura conversacional en la que tu proyección, una bruja llamada Fortuna, está harta del exilio de mil años al que le ha relegado la líder de su aquelarre. Como revulsivo, invoca a un demonio que la ayuda a recuperar su poder a través de una nueva baraja de tarot personalizada que amplifique su magia.
Los hamsters y los exploradores lo celebran por todas partes
De Baldur’s Gate 3 y su improbable existencia
La saga Baldur’s Gate siempre ha ido de saber gestionar el legado que llevas a la espalda, ya sea porque por tus venas corre sangre del dios del asesinato o porque tienes el papelón de crear la secuela de uno de los mejores videojuegos de rol de todos los tiempos. Sven Vincke, cabeza visible de Larian Studios y director de la tercera entrega, llevaba ya mucho tiempo llevando el cántaro a la fuente. Sin ir más lejos, en 2014 ya se había acercado a Wizards of the Coast con la idea de hacerse cargo de la imposible secuela con la que varios estudios llevaban años mareando la perdiz, curiosamente al mismo tiempo que Beamdog estaba inmersa en la producción de versiones Enhanced para las viejas entregas de Bioware y parecía que iban a ser los designados. En ese momento la respuesta fue, literalmente, que el estudio estaba todavía muy verde para unas miras tan altas. Al fin y al cabo, Divinity II: Ego Draconis (2009) se había comido un colín tras lanzarse de forma prematura hasta el punto de que posteriormente tuvieron que trabajar en dos reediciones con correcciones y una expansión con la intención de salvar su reputación. Se ve que el 10 que le puso Andresito en 2009 no llegó a las personas adecuadas.
La Paternidad Ilustre
Jugando con papá
Sí, señoras y señores. Como escribió Andresito, hemos vuelto a casa. Si todo continuara igual que hace 10 años hubiera respondido a su llamada como si fuera la Almenara de Gondor, buscando un juego regulero entre mi colección o pillando el de Gollum en el Mercadillo Ilustre para deleitaros con un análisis C2C. Pero durante estos años de inactividad ilustre, la vida ha seguido su curso e, inevitablemente, hemos cambiado. Me avergüenza no poder ofreceros lo que antes os daba… Me han arrebatado mis consolas…