¿Recordáis las aventuras gráficas de antaño? ¿Esas tardes con aquellos píxeles estáticos buscándole el uso a un pollo con polea? ¿Quebrándonos la cabeza porque no funcionaba el código de la puerta del primer piso de la mansión que nos había copiado un colega en un papel?
Archivo de la Categoria: Retro Amor
Retro Amor: Shin Nekketsu Kôha Kunio-Kun: Kunio-tachi no Banka
O algo así como «Kunio, el honorable joven sin miedo del Instituto Nekketsu: Réquiem por el clan de Kunio» o bien, si lo traducimos al cirolés, «el yo contra el barrio más osomizante que jamás parió el Cerebro de la Bestia y que nosotros, los europeos, no vimos hasta el descubrimiento de las bondades de la emulación; a menos que no fuésemos unos enfermos de la importación y no nos rayase el hecho de no entender ni papa de japonés». El tema de la distribución -¿Quién decide cómo, cuánto, qué se distribuye y con qué criterio?- siempre fue cosa mala. Mientras que aquí en 1994 nos comiamos los mocos sufriendo zurullos semi líquidos del calibre de American Gladiators, Pit Fighter y Rise of The Robots, los videojugones de la tierra del sol naciente enchufaban a sus superfanicoms pepinacos con pedigrí like this.
Retro Amor: Wrecking Crew
Mario ha aparecido en muchos juegos desde que la crisis financiera dio su primer bofetón en el otoño de 2008. En todos ha presumido la vida de millonario que lleva desde que en 1985 dio el pelotazo con el Super Mario Bros. de NES. Todos sus spin-offs desde ese año han sido golf, esquí, karts, fiestones, títulos de medicina y medallas olímpicas. La crisis no le ha afectado y Wrecking Crew, el último juego en el que fue un currito, queda ya muy lejos.
Retro Amor: La saga Alex Kidd
A lo largo de la historia de los jueguicos, muchas han sido las mascostas que han caído en el cruel olvido, arrasadas por otras de la competencia o abandonadas por sus propias compañías madres. Alex Kidd parecía que iba a ser un serio competidor en esto de los videojuegos, y lo cierto es que llegó a tener cierto éxito entre la muchachada, pero entre la aparición de algún que otro juego-morralla y el nacimiento de Sonic, acabó yéndose al garete. Aquí están su vida y su muerte.
Retro Amor: Q*Bert
Ahora que estoy jugando a Catherine, aunque no tengan mucho en común más allá de los cubos, no he podido evitar acordarme de Q*Bert. Todo el mundo recuerda y ha jugado alguna que otra partida a clásicos como Donkey Kong, Pac-Man o Space Invaders, pero Q*Bert, a pesar de tener en su época un éxito similar a esos arcades, parece haber sido relegado a un segundo plano de la memoria colectiva.
¡¡LA LANCHA!!
Retro ¿Amor?: Navy Moves
A veces parece que no había juegos difíciles antes que Demon’s Souls. Quizás a todos aquellos jugadores que aseguran que la PlayStation es la primera aparición de Sony en el mundo de los videojuegos así les parezca, pero, señores, así como los MSX HitBit fueron mucho anteriores a la primera Plei, Navy Moves llegó antes que Demon’s Souls y Dark Souls… Y la huella que me dejó sigue inalterada pese al paso de los años.
Retro Amor: Hundra
El otro día, la gente de Gamikia me preguntó sobre cómo había vivido la Edad de Oro del Software Español durante mi infancia. Como es de recibo en este tipo de entrevistas, una pregunta obligada es la elección de un juego del que guardaba un buen recuerdo. Me lo tuve que pensar un rato, pero al final me decidí por Hundra.
Retro ¿Amor?: Tiburón
Creo que muy pocas películas han marcado a tanta gente como Tiburón. Millones de personas tienen cierto miedo a meterse en el agua o a bañarse en pelotas durante una noche de luna llena gracias al exitazo de Steven Spielberg. Nadie va a negar que Tiburón es un título que se escribe con letras bien grandes en la historia del cine, pero también hay que decir que sus adaptaciones al videojuego no merecen esas letras tan grandes y rojas. Como mucho en minúscula y en comic sans.
Retro Amor: Pipe Dream
Retro Amor: Drill Dozer
Pokémon es, irremediablemente, la primera palabra que le viene a uno a la cabeza en cuanto piensa en Game Freak, pero lo cierto es que estos señores llevan sacando jueguicos –de menor éxito comercial que la saga de los monigotes- desde tiempos de NES. Desgraciadamente, una de sus mejores obras ha pasado relativamente desapercibida desde 2005, su año de salida; y no les quepa duda, Drill Dozer merece mucho más reconocimiento del que posee actualmente.
Retro ¿Amor?: Sonic 3 & Knuckles
Ay, la nostalgia pajeril-nocillera. Qué rebonicos eran aquellos juegos en los que nos pasábamos las tardes tras habernos dejado nuestros buenos cuartos en unos cartuchazos del quince. Qué grandiosos fueron todos los Sonic de Mega Drive, sobre todo el que se apellidaba 3D, una obra maestra que nos hizo olvidar para siempre a esa bazofia que iba a llamarse Sonic Xtreme. Sonic 3 & Knuckles, el primer juego de Lego (tutumchasss), aunque no alcanzaba su maestría, también tenía lo suyo.
Retro Amor: Sonic 3 & Knuckles
Ah… la era de los 16 bits. Recuerdos de una época donde nos alejábamos de los chirridos de las Ataris y la escasez de colores de los sistemas de 8 bits. Es curioso que cuando se recuerda esta época, la mía, la de mi “supeh nontiendo” es mejor que tu “megadrai”, a la hora de recordar aventuras épicas siempre aparecen los mismos nombres de videojuegos de rol. Imagino que debido a los gráficos de por aquel entonces no se podía concebir que un juego dejara una impronta emocional si no era con una historia muy elaborada, diálogos y horas y horas de juego.
Retro Amor: Sunset Riders
Este western mata-mata es más clásico que una partida de mus con unos pacharanes después de comer y merece su rinconcito amoroso en este ilustrísimo lugar. En su versión de recreativa (también hay versiones para SNES y MegaDrive) me robó tantas pelas como para ficharme a CR7 como mayordomo personal. Vale, me mola exagerar, pero es que con 6-7 años jugaba a dobles con mi hermano mayor, al cual no le quedaba otra que sufrirme hasta que me mataban para poder intentar llegar lo mínimamente lejos… y creedme: no era fácil.