Nos hemos criado con un buen montón de cartuchos en los que empezábamos en A e ibamos a B. Y se acabó. Fin del juego. Lo que ocurre es que poco a poco se han introducido las mecánicas de las elecciones en esto de los videojuegos con lo que ahora podríamos vivir experiencias jugables diferentes a las de otros jugadores en el mismo título. Bueno, quizás no del todo ya que muchas veces esto se resumía en «empezamos en A, podemos ir por C, D o E y al final, acabámos en B». Pero bueno. Lo importante es que poco a poco nuestra libertad como jugador se iba amplificando hasta el punto de encontrarnos con que nuestras elecciones tenían una relevancia mayor en el videojuego. Y joder, esto me pone feliz. Por tanto, encontrarme con algo como Always Sometimes Monsters me lleva hasta el éxtasis.
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