En el artículo sobre “Buenos malos” dije que mi siguiente texto sería la cara opuesta de la moneda y aquí está. Lo prometido es deuda y tras el salto tenéis algunos de los enemigos finales más casposos, cutres, odiosos y sin carisma que mi preciosa cabecita ha sido capaz de recordar. Por supuesto, si a vosotros se os ocurre alguno ya sabéis, decidlo en los comentarios, que esas cosas nos hacen felices. Hala, a flamear de nuevo.
3