He matado a tiros al Guerrero y le he puesto a Jack el Guapo una bala entre la cara y la nuca. Soy el puto amo. Dejar de jugar ahora que soy el más cabronazo de Pandora es de molar muy poco. Por eso bendigo el momento en que compré los DLC y me teletransporto al Crater Cabronazo del Hijoputismo (en el original: ‘Badass Crater of Badassitud’). Allí me recibe el Señor Torgue, me propone hacer una competición para averigüar quién es el más cabronazo del planeta Tierra y me me escupe estas palabras a la cara: «Voy a hacerte una única pregunta: ¿EXPLOSIONES?». Acaba de resumir lo que es el juego en una maldita frase. Y la respuesta es sí, ¿EXPLOSIONES? Sí. -«Disculpe, ¿EXPLOSIONES?» -«Sí, caballero». Borderlands 2 es un diálogo en el que el juego y el jugador se preguntan mutuamente que si «¿EXPLOSIONES?» y la respuesta siempre es afirmativa. El test de Turing reescrito por Michael Bay.
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