Entre todas las sentencias que pretenden zanjar un debate, “para gustos, los colores” (o “sobre gustos no hay nada escrito”) es la peor de todas. Me enerva y entristece por igual, ya que niega la búsqueda del porqué y tira por la borda siglos de preguntas sobre lo que nos gusta y lo que nos deja de agradar. Desde tiempos inmemoriales, anteriores a la era de los grandes filósofos griegos, no hemos dejado de plantearnos por qué unas cosas nos gustan siempre y otras nos parecen de mal gusto desde un primer instante; por qué unas pasan de moda y otras perduran sin que el paso de los años les afecte; por qué nos mola más Milla Jovovich o Christina Hendricks que Carmele Marchante o Belén Esteban; por qué recordamos más el gol de Zidane ante el Bayern que el anotado por Raúl en el mismo partido; por qué nos empalmamos con Braid y no con Dragon Age II. Decir o escribir “para gustos los colores” es pegar una patada a todo eso; o al menos denota una total falta de interés por profundizar en el debate y por cultivar el gusto particular.
Archivo de la etiqueta: Casual
La fobia al aburrimiento
Nos ha tocado vivir en un tiempo acelerado, con el reloj y el calendario azuzándonos de forma continua, desde que el despertador nos ataca por la mañana hasta que nos vamos a dormir con el deseo de que fuese viernes. La sombra del estrés se cierne sobre la gente y a los que les sobra el tiempo quizás les parezca que se van quedando atrás por no subirse al tren de los que tienen la agenda sin espacios en blanco. Desde esos espacios algo nos observa, pero nosotros salimos huyendo y nos refugiamos en uno de los más desapercibidos males de este siglo: el consumismo de ocio.
La moda esta del casual...
A veces parece que el culpable de todos los males de esta generación es Nintendo. Ellos son los culpables de que los videojuegos ya no sean lo que eran. Ellos y su maldita consola de sobremesa tienen toda la culpa de la sobresaturación de juegos malos y de que haya anuncios con niñas, chicas y señores mayores jugando. ¿Seguro? No. No sé si soy el único que lo piensa, pero ya noté que las cosas estaban cambiando con la consola vencedora de la pasada generación: la todopoderosa PlayStation 2 (A.K.A. “la plei”). ¿Mis razones? Os pongo unas cuantas después del salto.
No me gustan las etiquetas
A la gente le encanta hablar sin saber. Muchos piensan que no, pero cuando un grupo de cotillas se pone a criticar al personal, este conjunto de viles personas siempre tiende a decir “mirad a ese jevi que no se lava”, “menudo flequillo lleva el niño rico pijo ese”, “jajaja, mira como camina el rapero ese”… y podría seguir hasta el infinito con esto. Yo no creo se critique por simple gusto (al menos no todo el mundo) sino porque a la gente le gusta etiquetar y etiquetarse.
Toys & Videogames
Si recientemente rebusqué entre los videojuegos inspirados en juegos de mesa, por el camino me topé que había un buen puñado de videojuegos basados directamente en juguetes.
EPI goes casual
Análisis: Imagina ser mamá
Junto con los videojuegos «para todos» aparecieron las dos etiquetas que ya están en boca de todos los foros y blogs: «Casual» y «Hardcore». Mientras los «Casual» van a su puta bola, sin meterse en fregaos, los «Harcore» ponen el grito en el cielo por cualquier cosa relacionada con las consolas de Nintendo. Normalmente, sin criterio, puesto que lo mas cerca que han visto un juego casual es cuando acompañan a su mamá de compras al Carreful.
En el Pixel Ilustre ya no se nos podrá señalar con el dedo. Y es que, señores, los tenemos así de gordos….