Sé que se aparta un poco de la tónica del blog, pero es algo que necesito hacer. El pasado fin de semana estuve en el cine con mi padre viendo Ciudad de Vida y Muerte (2009), una interesante película de esas que escasean últimamente en los Cineplex Ultra Fuckin’3D Experience1 y derivados2. Parecerá una locura, pero las poco más de dos horas que pasé allí metido me recordaron a ratos lo que ocurre en relación con los videojuegos. Os cuento qué se me pasa por la cabeza, lo que me he metido antes de escribir esto y, ya que estamos –y si me lo permitís–, os hablo también de la peli por encima. Por algo soy un ilustre, ¿no?
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