Cada día está más de moda la aparición de consolas basadas en los sistemas que nos retrotraen a nuestra más pajillera infancia. Cacharritos con licencia oficial como la Mega Drive de Blaze o bichacos como Retron 5, que hace algunos años habría sido la Gloria Suprema a la par que habría evitado hostias en numerosos recreos, se abren paso para todo esa gente que está dispuesta a dejarse los cuartos con tal de poder rejugar a muchos títulos clásicos. Hoy sin embargo no es turno consolero, sino de ZX-Uno, un clon de ZX Spectrum la mar de apañado.
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