Hace ya demasiado tiempo que el primer Tomb Raider conseguía adaptar la mecánica del género de plataformas en los incipientes juegos en 3D. Las curvas poligoneras de Lara Croft eran un fabuloso reclamo en un entorno casi desierto de heroínas femeninas (por mucho que insistáis, Samus siempre será un robot o un astronauta para los no entendidos) pero el conjunto del juego era merecedor del sitio que alberga entre los denominados clásicos.
26