Que el primer Crysis sea a día de hoy uno de los juegos con mejores gráficos que uno puede instalar en su PC dice mucho de Crytek y sus impresionantes motores gráficos. Que después sea o no una castaña es ya cuestión de gustos. El caso es que, cuando se anunció Crysis 2 con el nuevo CryEngine 3, todo el mundo empezó a flipar y especular sobre cómo nuestros ordenadores se derretirían por dentro o sobre si tendríamos que entrenar nuestra vista para apreciar tanta calidad gráfica al estilo 3D de James Cameron, pero lo cierto es que no fue así. Al vender su alma al Diablo (esto es, a las consolas), las texturas e iluminación no llegaron a explotarse como debían. No quiero decir que el juego en sí tenga un mal aspecto, pero que tuviesen que sacar un pack con texturas para DirectX 11 más tarde (que tampoco marcaba una grandísima diferencia) habla mucho de la situación.
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