Hay juegos que nacen bajo una mala estrella. Juegos que desde el primer día de su salida al mercado están destinados a ser considerados para «un público minoritario» por cualquiera que sea el motivo. En algunos este estigma viene por pertenecer a un género poco común, en otros por ofrecer una primera impresión poco atractiva, y en unos pocos más, como es el caso de The Cursed Crusade, por ser a todas luces un título de serie B. Un tipo de juego que, como sus contrapartidas cinematográficas, exige una cierta preparación y un «saber a lo que vas» por parte del jugador.
31