Zero, pese a lo que sus gráficos puedan sugerir, es el bueno de los dos Dark Voids. Mientras que su hermano mayor no era más que un clon mediocre de Gears of War con una jugabilidad muy justita, el benjamin es una pequeña joya retro que transportará a los más nostálgicos directamente a finales de los ochenta. Al resto simplemente les dará una buena lección sobre lo qué es importante en un videojuego y lo que no.
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