El primer Darksiders fue la sorpresa del año pasado. Con una mecánica distinta a la que nos tienen acostumbrados la mayoría de Hack & Slash y una duración bastante superior a la media docena de horas habituales dejó muy buen sabor de boca a muchos jugadores. Y yo fui uno de ellos, pese a que la estética y el diseño de personajes de Darksiders me echaba un poco para atrás: esos guantacos gigantescos, hombreras que parecen gárgolas y músculos everywhere, tan influenciada por las ilustraciones de Warhammer y los exagerados diseños de World of Warcraft no son mucho de mi agrado. Sin embargo, con Muerte, el jinete protagonista de la segunda parte, me han tocado la fibra nostálgica.
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