¡Enhorabuena gamer! Acaba de confirmarse que esa esperadísima secuela o ese juego del que solo había vagos rumores ya es una realidad y va a ser publicado en breve. Y para celebrarlo, aquí tienes este espectacular trailer que te dará una vaga idea de lo que puedes encontrar, solo que más bonito, más currado y con poco que ver con lo que encontrarás en el juego final. Las redes sociales gritan con entusiasmo “¡GOTY! ¡GOTY!”… Y uno piensa si va a ser verdad que nos hemos vuelto gilipollas…
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Late to the party
Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty
Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty fue el primer videojuego de Playstation 2 que compré con mi dinero. Lo compré en un extinto Urende, edición platinum, pese a que el primer Metal Gear Solid nunca terminó de parecerme un gran juego. Lo hice porque por aquel entonces era un adolescente muy influenciable y no tenía un sólo amigo que no estuviese absolutamente convencido de que ésta, con permiso de Final Fantasy, era la mejor saga de la historia. Pese a todo nunca lo llegué a terminar. Recuerdo llegar al gordo de los patines y pensar: «hasta aquí». Y hasta ahí fue. Sin embargo, con motivo de la reedición HD para PSVita, casi diez años más tarde le he dado una segunda oportunidad. ¿Y sabéis qué? No me arrepiento. Pese al gordo de los patines.
Basta de mirarse ese ombligo tan bonito que tenemos
Somos irrelevantes
Cuanto antes lo admitamos mejor… Los videojuegos “de calidad”, tal como pasa con la música “de calidad”, el cine “de calidad” o la literatura “de calidad” ya son cosa de minorías. Desde el momento que casi todo el mundo tiene una plataforma para jugar en casa o en su bolsillo, sea la Wii, el iPhone o el facebook, y los videojuegos han pasado a ser algo habitual para todos, nos toca agachar la cabeza y reconocer que los miles de blogs sobre videojuegos no sirven de casi nada.
...como lágrimas en la lluvia...
Sólo queda el recuerdo
Hace unos días se estrenó el ilustre Miguel Fervenza con su estupendo texto sobre Loom. Magnífico. He estado pensando desde entonces. Mi primera reacción fue un ataque nostálgico. Adoro el Loom. Me lo pasé con 9 años (y algo de ayuda) y sé lo genial que es. Es mentira. No lo sé. Apenas lo retengo en mi memoria. No sabría decir si es un buen o un mal juego. Porque de Loom, como de muchos otros juegos de mi infancia, sólo me queda el recuerdo.
Matando dos pájaros de muchos tiros
Entre cañas: Flappy Bird
Homenajeando, que es lo mismo que copiar pero con estilo, a una de las secciones que más me gustan de uno de mis blogs de referencia en cuanto al balompié, «Conversaciones (casi) privadas» de Diarios de Fútbol, nace «Entre cañas», lugar donde trasladaremos esos debates que solemos tener cuando estamos en cualquier ilustre tasca que sirva buenas cervezas. No, no es la hora de los cubatas todavía. Para empezar, qué mejor que hablar del juego de moda, Flappy Bird, y de todo el embrollo que se ha montado a su alrededor. Va, vamos a por unas dobles.
Profesor Moriarty, supongo
Retro Amor: Loom
La placidez de la Era de los Grandes Gremios tocaba a su fin. En lugar de buscar en su tejer neoconservador las causas de los errores en el Patrón que se propagaban por toda la Trama, los ancianos del Consejo pretendían echarle el muerto a otros. La llegada de la Tercera Sombra era inminente, el caos se extendería sin remedio. Bobbin Threadbare, un joven que acababa de cumplir 17 años, no veía perspectivas de futuro en su tierra, el acceso a la educación era imposible para un chico como él. Así que decidió seguir la recomendación de la vieja Hetchel de abandonar el Telar. Con lo puesto, dejó su isla natal para formarse como tejedor y encontrar su sitio en el universo —lo que viene siendo la enriquecedora movilidad exterior—. Intentaba huir de las garras de Caos.
Pequeñas malas costumbres que ya nos parecen habituales
Don't try this at home
A pesar que cada vez es más frecuente que aparezcan estudios enumerando las bondades de los videojuegos, que si mejoran la vista y los reflejos, que si nos ayudan a abordar los problemas, que si mejoran nuestra vida sexual… Pero, sin embargo, los videojuegos han conseguido que algunos malos hábitos se vean de una forma totalmente natural e inocua mientras a pesar de poder acarrearnos ciertas consecuencias si los hacemos en el mundo real. Además de los iconos de PEGI, no estaría de más que algunos juegos no incluyeran la frase “No intenten hacer esto en sus casas” en sus portadas, más que nada para evitar que ciertas conductas sean imitadas.
¿El último sleeper de la generación?
Remember Me: El problema de no llamarse Lara Croft
Hace ya unos meses que ElRosso publicó su visión sobre Remember Me. A cualquiera se le quitan las ganas de probar el juego una vez leídas sus palabras, pero yo ya tengo el hígado curtidito y cuando salió para los abonados a PSN+ no dudé en darle una oportunidad. Y, tras jugarlo y acabarlo con gusto, no entiendo como Remember Me se ha llevado todos los palos que se ha llevado, cuando a juegos con otros mismos defectos han sido alabados hasta el hartazgo.Y con eso no quiero decir que ElRosso no tenga razón: todo lo que dice es totalmente cierto, pero, al menos para mí, eso no hace de Remember Me un mal juego.
El juego que podría hacer que Lightning no volviese nunca
Análisis: Bravely Default
«¿Ves, cariño, como si quieres… puedes?» Así es como acaba el chiste del tío que entra a atracar un banco de semen y así es como acabas tras los créditos del final del juego. Square-Enix, con la ayuda de Silicon Studio, deja clarérrimo que los Fainals que llevan haciendo la última década son una mierda. Y lo son porque les sale de los cojones. Bravely Default, con sus muchísimas luces y sus numerables sombras, es el Final Fantasy que llevo esperando casi tanto tiempo como el que llevo esperando una novia. Sólo que pensé que, visto lo visto, la novia llegaría antes. Y no.
Bienvenidos a Primero de Artículos para SEO.
Más consejos para novatos de Dark Souls
El ilustre Victor Navkosky enlazaba hoy por Twitter mi post de consejos para no sufrir demasiado con Dark Souls, y me ha dado por releerlo. Como siempre, he sentido vergüenza hacerlo, pero no solo por lo mal escrito que está sino porque también fue lo siguiente que escribí tras la sacudida de polla que se marcó John Carca en mi cara (algo de lo que ayer nos reímos bastante Kirkis, el menda y yo) y porque he jugado mucho más a Dark Souls y esos consejos no son del todo precisos. Es necesario matizarlos e incluir algunas cosas nuevas, así que alabado sea el sol.
Drácula llega a la tercera dimensión
Análisis: Castlevania - Mirror of Fate
Sé que Castlevania: Lords of Shadow no es del agrado de todo el mundo. Mucha gente esperaba un juego de esquema similar a los otros juegos de la saga y quedó decepcionada al encontrarse un refrito de muchas cosas que había visto en otros juegos. A mí me gustó bastante, pero también hay que reconocer que no había ninguna referencia destacable de Castlevania en 3D que destacara y Lords of Shadow no lo tenía complicado para hacerse un hueco.
¡Rubia! ¡Sube que te llevo!
Retro Amor: Out Run
El mundo de la automoción me la resbala muchísimo. Nunca me han interesado una mierda los coches, ni las carreras, ni los rallies, ni tampoco era de esos que se metía en una autoescuela nada más cumplir los 18 años. Para mi, un coche es un medio de transporte necesario que me lleva a mi y a mis trastos de un sitio a otro y no un objeto de deseo o un símbolo de estatus. Y, como podéis suponer, los videojuegos de la conducción no son mis favoritos. Pero aquí estamos, hablando de Out Run…
Con este también he llorado
The Banner Saga
The Banner Saga me tiene con el corazón partido. El juego de Stoic Studios, financiado a través de Kickstarter por buena gente como un servidor, es un caramelo para los sentidos cuyo escurridizo género cabalga salvajemente entre la estrategia por turnos, el rol, la aventura conversacional, y lo que quiera que fuese Oregon’s Trail. Y eso es maravilloso. El problema, y no me gusta tirar de frases hechas pero lo voy a hacer, es que «el que mucho abarca poco aprieta». Cuando ruedan los créditos de The Banner Saga, estás tan maravillado por todas las cosas buenas que te han puesto delante de las narices, como molesto por todas las que no; y tienes tantas ganas de besar a los desarrolladores en la boca, como de pedirles explicaciones a guantazo limpio.