Odio profundamente los «momentos Nocilla» a la hora de leer un texto sobre cualquier juego, pero hoy me voy a permitir la licencia por un desencanto infantil. Digamos que servidor carecía de consola portátil hasta que llegó a casa la rebonica Game Boy Pocket. A la hora de elegir un par de juegos con los que empezar me compré en primer lugar Zelda Link’s Awakening, el puto mejor título de la consola y uno de los juegos a los que más cariño guardo. Por otra y aprovechando que se avecinaba el cumpleaños del menda, le dije a mi señora madre «cómprame cualquier Mario». No, no le hablé de Super Mario «Land«.
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