Duke Nukem Forever, el videojuego convertido en mito gracias al paso del tiempo, ya está en el mercado. Una de sus señas de identidad, tal como ocurriese con su predecesor, es la referencia jocosa a títulos de otras compañías, algo que bien usado nos puede arrancar más de una carcajada. Pero en esta generación ya hemos tenido un héroe de acción que se ha reído a diestro y siniestro de la competencia. Su nombre es Matt Hazard, y mucho me temo que, le pese a quien le pese, compite en la misma liga que el nuevo y algo envejecido Duke. Así que durante un rato vamos a pasar del «Hail to the king, baby!«, al bastante menos conocido pero igualmente entrañable»It’s hazard time!«.
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