NOTA: esta serie de artículos no recogen acontecimientos de la misión principal, por lo que puedes leer sin miedo a encontrar spoilers.
El última día recordaréis que os hablé de mi antigua compañera de aventuras, que murió de forma miserable a las pocas horas de unirse a mí, a manos de un temible trol de las nieves. Pues bien, ni un día tardé en buscarme una sutituta más fuerte, más grande, más fiera y con más aguante. El único problema es que mi nueva amiga es orca, por lo que resulta aún más desagradable a la vista que la anterior, algo que ni las ingentes cantidades de alcohol que voy consumiendo por el camino pueden ocultar. Sí amigos, no es fácil sobrellevar la matanza de una ciudad entera llena de inocentes y me he dado al bebercio. Un momento… ¿no he relatado cómo degollé a todos los habitantes de una pobre ciudad del noreste de Skyrim? Supongo que esa es una buena historia para este diario.
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El diario de Skyrim (II)
NOTA: esta serie de artículos no recogen acontecimientos de la misión principal, por lo que puedes leer sin miedo a encontrar spoilers.
Hoy me he levantado con muchas ganas, así que en lugar de intentar salvar Tamriel como algunos pesados insisten que haga, me he ido a la taberna más cercana a ver si encontraba a la señora mayor que, dicen, reparte unas leches importantísimas. Y efectivamente, la he encontrado. He abierto la puerta del local y ahí estaba ella, sentada en una esquina esperando a pegarse piñas con el primero que le diese un motivo. Y para que nos vamos a engañar, a mí eso de dar motivos es algo que me encanta.
El diario de Skyrim (I)
NOTA: esta serie de artículos no recogen acontecimientos de la misión principal, por lo que puedes leer sin miedo a encontrar spoilers.
Aquí estamos. Ni un día pateándome el frío suelo de Skyrim y ya me siento en la necesidad de escribir un diario recogiendo algunas de mis tribulaciones internas y peripecias varias. Es cosa de los héroes en general, que nos encanta escribirlo todo pa’ por si acaso. Sólo espero que todos esos que me gritan «dragonborn» por la calle no se enteren, no creo que me respetasen lo mismo si supiesen que cada noche me acurruco en mi saco de dormir con mi diario de piel de troll de las nieves y me pongo a abrirle el corazón a un trozo de papel. ¡Ay, cómo fluyen las palabras por estos duros y delicados dedos nórdicos!