Hola guachines. Como lo prometido es deuda, dijimos que íbamos a crear una especie de revistilla tras haber arrejuntao unos cuantos textos cada cierto tiempo. La deuda queda saldada hasta la próxima vez. No prometimos un ritmo fijo de publicación y desde luego es algo que hemos cumplido a rajatabla, je, pero un par de meses después del nacimiento de la idea volvemos a la carga con el segundo número de la colección. Dentro vídeo.
BAM BAM BARABAMABAMABAAM. EPILDORIIITAS. EPILDORIIIITAS. BUBURURUMBUAM.
Me lo ha pasado el señor Quiquelín, que me ha dejado con el culo torcido.
Sí, señores. El periódico más ilustre y hamoroso del mercado ha vuelto en esta su segunda edición trimestral, tal y como se insinuó en diciembre, y no ha sido gracias a vosotros… ¬¬ Porque reconozcámoslo, el primer número de este proyecto ha sido un fracaso en ventas. ¿Dónde está vuestro apoyo? ¿Dónde —me pregunto— vuestro espíritu videojueguil? Porque es ésta una publicación donde se aúnan rigurosas noticias de actualidad, en algunos casos adelantándose a portales de prestigio, y estudios orientados a entender el pasado y presente de los videojuegos así como a perfilar su porvenir.
Algunos ya lo sabéis, pero durante los últimos meses en la redacción de El Pixel Ilustre (el banco del parque) hemos estado trabajando para acercarnos a vosotros por una vía diferente: el papel. Esto no significa que vayamos a dejar de lado el blog, ni mucho menos, ni que vayamos a daros el mismo contenido por duplicado, sino más bien al contrario.
Ciro, John Carca y Kirkis consiguieron hacer un hueco de su apretada agenda para darse un garbeo por la Casa Kinect de Madrid. Con todos ustedes, una perturbadora muestra de ello.