Aun con el Málaga afrontando por primera vez la Liga con un equipazo que, se supone, aspira a mucho (lo del otro día no cuenta, ¿vale?), creo que este año voy a pasar bastante del fútbol. Cada vez me cuesta más seguirlo porque me gusta infinitamente más practicarlo que verlo (salvo grandes acontecimientos, como a todos), pero siempre acabo echando alguna miradilla a los resultados y esas cosas. Empezar una temporada con toda la prensa dando por saco desde el minuto uno con que «hay dos Ligas, la del Madrid-Barcelona y la de los demás» me parece lamentable, independientemente de que tengan más o menos razón. Si hasta en Cuatro el otro día, en esa «gran sección» que es la de los Deportes en las noticias (la mitad del informativo, vamos), hicieron un maldito debate de dos personas diciendo tonterías sobre el asunto. Tonterías porque al final no llegaron a ninguna conclusión diferente a la que pudiese llegar cualquier persona en este país. A eso lo llamo yo rellenar espacio con dos cojones, y encima seguro que consiguieron que más de uno saliera de casa hablando aún más del tema por los bares. En fin, ofertas tras el salto.

Sergio Sánchez, Toulalan, Joaquín, Buonanotte, Monreal, Van Nistelrooy, Mathijsen y ahora, quizá, Sneijder. ¡Sneijder! Y posiblemente pagando un buen pastizal por él. El Málaga tiene las miras puestas en Europa, y de aquí a dos o tres años (si la cosa va bien encaminada) tiene pinta de que estará peleándose por los primeros puestos como un Real Madrid cualquiera. Yo no sé qué comerá este jeque, pero la cantidad de dinero que está soltando de repente es como para que le nombren alcalde de aquí a dos semanas. Que si los fichajes, que si estadio nuevo (localizado en un sitio de pena, pero grande de cojones)… A este ritmo van a tener que proclamar a Málaga capital de España, cojona. Os dejo las ofertas tras el salto; yo me voy al campo a rascar un poco para ver si sale algo de petróleo y compro el Atlético de Madrid.