Hace unos años, muchos jugones incipientes íbamos al Corte Inglés a comprar nuestros flamantes juegos de PC, ya sabéis, esos de caja de cartón grandota y media docena disquetes. Dependientes perfectamente trajeados te miraban por encima del hombro mientras ojeabas estanterías llenas de aventuras gráficas. Y todo ello molaba. Pero entonces llegó Centro Mail, que más tarde se convirtió en GAME… y el Corte Inglés dejó de molar. Entonces los gamers tuvimos un nuevo lugar donde comprar nuestro sustento vital, y aunque los dependientes no vistieran trajes, se respiraba un cierto halo de elegancia en el local. Lamentablemente ir a GAME a pegarse codazos con madres que buscan juegos de Wii y esperar insufribles colas también pasó de moda. ¿Y sabéis por qué? ¿Sabéis qué es lo que mola ahora? Efectivamente, la distribución digital.
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