Me hago pis sobre los tópicos del medio, la PC-fobia por miedo a los sobrecostes inherentes a esta exigente plataforma y el elitismo pro-antialiasing al 16x. En estos días inciertos en los que la autosuficiencia tecnológica es un arte extinto y las máquinas de vapor de Gabe Newell parecen ser la única salvación del verdadero creyente, sale rentable aplicar una filosofía de renovación de hardware que, bien planificada y basándose en el sentido común, permite tener esa máquina cipotera capaz de renderizarle dignamente el vello púbico a Geralt de Rivia. Aquí va el periplo de un humilde servidor a la hora de montarse su propia máquina para jugar, minimizar los costes de la inversión y evitar que el crío llegue al botón del power.
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