Hay pocos finales que puedan resultar tan previsibles como los que se suelen dar en los títulos deportivos. Es más, entiendo que pueda sonar a broma de mal gusto que dos de los seis finales ilustres realizados hasta la fecha (repasad esta maravilla) pertenezcan a este género. Impulsados por ese horripilante aunque a la vez comprensible afán por simular los eventos reales, la mayoría de ellos repiten la ya canónica ceremonia de entrega de premios; ya sea copa, ensaladera o medalla, en un podio rodeado de bellezones o sobre una plataforma agasajado por los gordopilos tragones de la UEFA o del COI… Todas ellas escenas de júbilo robótico carente de toda chispa de vida que no justifican el largo camino recorrido. Pero hay excepciones. Super Soccer, el representante balompédico de aquella espatarrante primera oleada de títulos para El Cerebro de la Bestia, es una de ellas.
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Ilustres finales Vol. IV
Cobra Mission. Estas dos palabras hacen que una generación de treintañeros sonría al recordar las que fueron sus primeras pajas delante de un ordenador, costumbre universalmente extendida en la actualidad. Cobra Mission. Y también recuerdan cuando la pornografía era bastante menos accesible que ahora. Porque Cobra Mission fue el primer juego guarrillo que tuvo cierta repercusión en nuestro país y objeto de deseo para muchos chavales con la pubertad recién estrenada. Pero hay que saber leer el mensaje oculto tras las tías en pelotas y apreciar el auténtico mensaje que nos otorga su inesperado final.
Ilustres finales Vol. III
He venido a poner un poco de dosmiloncismo a la serie contestona que nos estamos marcando esta semana los ilustres. No hace falta buscar en juegos de los tiempos de El Rosso para encontrar finales que se orinan tranquilamente sobre el guión de un colofduti, por mucho sondeo que quiera hacer el libro Guiness. No voy a hablarles de Portal 2, porque ya está en la dichosa lista, pero sí de una de las joyitas del año pasado que me ha tenido y me tiene todavía enamorado. Es Bastion. Sí, por supuesto, este artículo tiene spoilers del tamaño de varios bulldozer apilados.
Ilustres finales Vol. II
Mis padres no contaban cuando me regalaron por reyes la Master System con el enorme montante que costaba un videojuego, por lo que a la hora de elegir los títulos que quería, debía regirme por el abanico de posibilidades de la gama económica de Sega. 1995 leandras etiquetadas en la baja estantería de El Corte Inglés, nostalgia almidonada que me empaña las lentillas. Gracias a ello pude gozarlo con cosas como The Ninja, Secret Command o Transbot, pero sin duda, el que me hizo aprender una impepinable lección de vida fue Enduro Racer y su puto final.
Ilustres finales Vol. I
La mayoría de vosotros habéis leído la listita de marras sobre los mejores 50 finales de los videojuegos. Supongo que, como un servidor, muchos no estaréis de acuerdo con muchos de los títulos incluidos y se os ocurren multitud de finales mejores. Podría hacer otra lista de 50, pero prefiero darlos de uno en uno y explicar mis motivos antes de una simple sucesión, y así invito al resto de redactores a publicar los suyos. Empiezo con un imprescindible de Wii: Little King’s Story.