Quizás Bioshock es el abanderado en demostrar que un genero tan enquistado como es el de los FPS, anclado en batallitas de soldaditos marrones que se matan unos a otros mientras mentan a las madres y a las hermanas del resto de jugadores que se topan en online, puede ofrecer algo distinto. El primer Bioshock, aunque no es el único ni posiblemente el mejor ejemplo, demostró que una ambientación distinta y un trasfondo más elaborado que el típico conflicto bélico daba mucho juego y, es más, había mucha gente que esperaba ese tipo de propuesta.
