En la época en la que todos los chicos estaban flipándolo con Pokemon, un servidor no tenía Game Boy por lo que tenía que conformarse con mirar jugar a otros en el colegio. Sé que esto es algo triste, pero es lo que la economía mandaba. Años después y con mi todopoderosa PlayStation pude quitarme ese regustillo a Pokemon con un juego que poco o nada tenía que ver con los 150 bichejos del mal.
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