Resulta sintomático que al ser cuestionados acerca una obra concreta (¿Cómo es? ¿De qué trata?) nuestro primer reflejo sea ubicarla dentro un género. Clasificarla. Lo hacemos por comodidad/pereza mental, pero también por una cuestión práctica. De esta manera, sintetizando el todo en una sola palabra, nos ahorramos el riesgo de aburrir a nuestro interlocutor con una catarata de frases descriptivas; mientras que, por otro lado, le informamos sobre el tono de la obra sin necesidad de revelar el argumento, o parte de él, y así evitamos devaluar su futura experiencia. Ahora bien, ¿cómo nos hemos puesto de acuerdo para establecer la actual clasificación de géneros? ¿Es correcta? ¿Y útil? ¿Cómo y por qué ha evolucionado así? A por ello.
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