No me gustan los coches. Sólo sé que yo tengo un Seat Ibiza del año 2000 y que es el único modelo de coche que reconozco por ahí. Además, lo uso únicamente para ir del punto A al punto B sin agobiarme, por lo que los juegos de coches nunca me han llamado la atención especialmente… como el golf o mi vecina del segundo. La cosa está en que los juegos de karts siempre me han hecho tilín casi tanto o más que mi vecina, que ahora está buena. Habiendo jugado a multitud de títulos de estas pseudocarreras como Crash Team Racing, ModNationRacers, Mario Kart o el sufrimiento injustificado de F1 Race Stars, me quedo tan pancho diciendo que Sonic & SEGA All-Stars Racing Transformed es de lo bueno, lo mejor… y de lo mejor, lo superior.
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