Se tuerce el día en el Reino Champiñón. Bowser se ha llevado a Peach secuestrada y a Mario le toca ir a buscarla andando porque el AVE todavía no llega al mundo 8. El rey de los Koopa mete a la princesa en una celda custodiada por él mismo, vomitando fuego y plantado sobre un puente de lava que desaparece al activar un botón. La jaula no tiene puerta. No hace falta. Total, ¿qué le va a hacer una princesa? Mario ya está de camino pero, hostia, Peach tiene al enemigo dándole la espalda y solo con pulsar un botón se lo puede cepillar. Para qué va a esperar. Salta, destruye el puente, mata a Bowser, se hace un ‘speedrun’ invertido del primer Super Mario Bros. y en cinco minutos se ha acabado la historia. Esto es lo que cuenta Sorry Mario Bros., un jueguecillo gratuito que han parido un par de hermanos indies en sus ratos libres.
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