Demasiado viejo para un análisis, demasiado joven para un retro-amor, demasiado pronto para que caiga en el olvido… ¿Por qué? No es una obra maestra; ni siquiera lo situaría entre uno los cartuchos imprescindibles de Nintendo-mequedancuatrotelediarios-DS. No obstante, sí encuentro que sería una tremenda injusticia que este singular cartucho (o archivo .nds, como dicen los cenutrios) se ahogase entre el indecente montón de títulos que han recorrido los circuitos de la doble pantalla de Nintendo. Injusto, obviamente, para aquellos que puedan estar interesados en apuestas tan arriesgadas como románticas y naiv. Lock’s Quest pertenece a esa rara estirpe de videojuegos que, pese a sus defectos, le obligan a uno a comprometerse con él hasta alcanzar el final de la partida.
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