Tras su apariencia de buenazo y de niño que solo ha envejecido por fuera, todos sabemos que hay un Miyamoto que gusta enormemente de practicar un deporte al que muchos intentan jugar, algunos llegan a dominar y muy pocos consiguen realizar con maestría. Hablo de sacarse la chorra, de qué iba a ser si no. En 1996 lo volvió a hacer. Por entonces aparecieron caramelos como Quake, la primera tanda de Pokémon o Resident Evil, pero el pelotazo del curso lo dio Nintendo, cuando Miya-san decidió bajarse la bragueta una vez más para asombro de todo Cristo.