Todos esperando NX, sacan una Mini NES con 30 juegos por 60 pavos y generan más ilusión que los Reyes Magos. Eso durante una semana en la que Pokemon Go revienta estadísticas, acrecienta el ritmo hacia el absurdo global y convierte al smartphone en el único y verdadero Dios canino. Un movimiento que permite a los de Kyoto cabalgar por la bolsa cual Genghis Khan en sus años mozos por las estepas euroasiáticas. Hace días, Los Ángeles era una fiesta y Nintendo el hazmerreír del planeta videojuego. ¿Éxito o bluff? El tiempo lo dirá; de momento tenemos estas fichas sobre la mesa. De Pokemon no hablaré por total falta de conocimiento (por mis sobrinos me sé Pikachu, Bulbasur, Charmander, Charizar y ya; más una especie de Pikachu Boo que no para de aparecer en mi TL), así que tras el salto tan sólo encontraréis mi opinión sobre lo que se sabe acerca de Nintendo Classic Mini y su catálogo cerrado.
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