Creo que la nostalgia es un arma de doble filo. Por una parte, nos permite evocar tiempos más felices, normalmente asociados a la infancia y adolescencia, épocas donde todo era más fácil y sencillo, sin los problemas y preocupaciones que adquirimos a medida que vamos creciendo. Por otra, intentar revivir esos momentos puede resultar en muchos momentos una experiencia frustrante y decepcionante que empañe nuestros almibarados recuerdos. Es curioso ver como, en una sola semana y hablando estrictamente de videojuegos, hemos visto las dos caras de la nostalgia con los lanzamientos de Duke Nukem Forever y el remake en 3D de The Legend of Zelda-Ocarina of Time.
