Parece que a los videojuegos que son buenos de verdad el paso de los años no les afecta. Puede que sea la jugabilidad, tener mecánicas que resulten divertidas tengas la edad que tengas, o puede que sea un diseño para quitarse el sombrero a pesar de contar con pixelotes del tamaño de puños o polígonos que podrían saltarte un ojo. También es probable que no sea ni lo uno ni lo otro, y que sin embargo la nostalgia se ponga a favor de un título para muchos arcaico que, vete tú a saber, todavía entretiene como el primer día. El caso es que hay juegos que cada año nos atraen con su canto de sirena (chiptune, midi o lo que te pida el cuerpo) y atrapan tanto tiempo o más que los recién salidos del horno. Os dejo algunos de mis imprescindibles: