Me acabé ayer FarCry 3. Un juego sobresaliente, con sus peros, pero con grandes ideas y un ejemplo a seguir por otros tantos que se han quedado cortos o se han vuelto vagos en esto de los mundos abiertos. La mecánica de lo último de Ubisoft es prácticamente intachable, un sandbox con cambios y entretenido. El mayor problema viene con su protagonista, Jason Brody, este chaval idiota que se convierte en un genocida de piratas, pero que la caga en cuanto abre la boca. ¿No habría sido mejor que se estuviera calladito?
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