A la hora de analizar un videojuego se suelen separar los diferentes apartados que lo componen (jugabilidad, gráficos, sonidos, etc) a la hora de diseccionar la obra. Esto suele hacerse debido a que nos hemos criado con títulos con estos aspectos algo diferenciados unos de otros aunque todos juntos mantuvieran una atmósfera pareja. Pixeljunk Eden es distinto. El apartado artístico y el sonoro van de la mano gracias a que el director del mismo fuera la misma persona: Tomohisa Kuramitsu, más conocido como Baiyon, un artista multidisciplinar japones que ha tenido su primera toma de contacto con el mundo del ocio interactivo con Pixeljunk Eden. Y creo que se puede dar por satisfecho.
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