Probablemente si pensamos en algún simulador de conducción dentro del catálogo de PlayStation se nos vengan a la cabeza títulos como los Gran Turismo o Formula 1. La serie de Polyphony Digital dio un paso brutal en cuanto a realismo automovilístico y consiguió que muchos nos enganchásemos intentando conseguir todos esos carnés, coches y trofeos como si juegos de Steam se tratasen.
Todos, sin excepción, alguna vez en esta vida hemos copiado como malos hijos del demonio que somos. Que levante la mano el primer cerebrito que no haya sacado un chuletón en el instituto o haya calcado medio examen de un compañero. Algo así hicieron los señores de Naughty Dog hace ya varios años, cuando, tocándose los bajos de manera ostentosa en dirección a Nintendo, se sacaron un copia-pega-maquilla de la saga de carreras de Mario… y lo cierto es que les salió bien redonda la jugada.
Hay varias épocas tanto o más oscuras que el tracto rectal de Rouco Varela dentro del mundo del videojuego. Una de ellas se inicia con la puesta en escena de las consolas de 32 y 64 bits, sucesoras de mastodontes como Mega Drive, Super Nintendo o Neo-Geo, quienes nos hicieron babear durante años con maravillas pixeladas. El caso es que a mediados de los 90 muchos juegos supusieron patadas en los hocicos del buen gusto, y bastantes de los que por entonces parecieron apañados ahora dan la sensación de ser abueletes reumáticos. Sin embargo, Crash Bandicoot emerge entre toda esa maraña de juegos rotos y reivindica sus buenas maneras mientras mira con desdén a la pila de mierda sobre la que se sustenta.
¡Alegría! ¡El verano ya está aquí! Los personajes más carismáticos de entre los más carismáticos de los videojuegos carismáticos, se reúnen en un mismo título. ¿Un nuevo Project X Zone? ¡Qué más quisieras! ¿Un nuevo Super Smash Bros? ¡Ni de coña! Es un título que supera con creces las cotas de ridiculez alcanzadas con el infame PlayStation Battle Royale: ¡Minijuegos!¡Coca-Cola!¡El tío del Uncharted! Este verano podremos disfrutar de este juego de promoción para iOS y Android, una mezcla de plagios a otros juegos de éxito pero ¡con el tío de Uncharted! Dejamos pantallazos de este manual de cómo cargarse una marca tras el salto, porque merecen la pena SPOILER: El tío de Infamous volando sobre un avión de Coca-Cola con la tía del Gravity Rush boca abajo. ¡Coca-Cola para todos y algo de comer! ¡Viva PlayStation All-Stars Coca-Cola!
Vía: Allgamesbeta.com
Please, tell me the answer
Is fate unchangeable?
En el último texto de esta serie dejamos a los señores de Capcom liados con las distintas versiones de Street Fighter II. Hoy nos vamos a centrar en el primer gran giro que dio la saga dentro de los diferentes spin-offs que han ido apareciendo para la misma. Es el turno de los Street Fighter Alpha.
¿Sabéis qué he pensado? Que llevo mucho tiempo sin daros motivos para insultarme y me apetece adentrarme en tierras peligrosas. Nada mejor para ello que argumentar, como un campeón y tras la jodida hecatombe de Sony, que su servicio de pago Playstation Plus no sólo no es un timo inmundo que deberían meterse por el culo, sino que es una manera excelente de invertir nuestro dinero. Y lo voy a hacer completamente en serio, sin que se me caiga la cara de vergüenza y habiendo disfrutado únicamente dos días del servicio, que es el equivalente a jugar un par de horas a un videojuego para escribir el análisis. Pro Style que le llamamos en el mundillo. Vosotros no lo entenderíais.
Si hay una saga, un personaje, una estética, una historia… que me gustaría volver a ver en los videojuegos, esa es Medievil, juego que forma parte de mi Top 5 particular de la primera PlayStation. Y, como todo apunta que lo que nos espera son marines espaciales hipertrofiados, zombies en bikini, más FPS’s de color marrón y no la vuelta de Sir Daniel Fortesque por la puerta grande, pues le dedicaremos un merecidísimo Retro Amor.
Hace unos años, cuando los bandos de videojugadores se dividían entre SEGA y Nintendo, elegir consola era un tema peliagudo. Más que nada, y más que ahora, porque los que condicionaban nuestra decisión no eran las capacidades técnicas de la consola, ni el color, ni el juego online. Eran (y deberían seguir siendo) los juegos.
El primer Resident Evil, aparecido hace casi 15 años, supuso la creación de un nuevo género (el Survival Horror) y que todos pasáramos miedo (algunos por primera vez) con un videojuego. Muchos son los que dicen que ya no es lo mismo, que los juegos no dan canguelo. Entonces,¿por qué nos acojonábamos con el primero? A continuación, mis razones:
AVISO: SPOILERS A CASCOPORRO, pero tratándose de un juego de hace 15 años, no creo que importe.
Hace ya un mesecito, más o menos, desde que se pusiera en marcha el nuevo servicio de PlayStation Store que pretende que paguemos un poco más por ser “usuarios exclusivos”. PlayStation Plus no es más que un pase VIP que permite conseguir diversos beneficios que no lo son tanto, aunque en algunos aspectos la idea no parezca muy descabellada. Para explicarlo mejor, comparémoslo con su competencia más directa: Xbox Live.
El hype generado y las altas expectativas que todo el mundo tiene ante la salida de God of War 3 han hecho que muchos jugones se hagan ya la misma pregunta: ¿tendremos más dosis de Kratos en un futuro? Desde Sony Computer Entertainment y, en concreto, desde el estudio de Santa Monica ya se han pronunciado al respecto: “es posible que GoW aparezca en otras plataformas de aquí a unos años”, afirma Stig Asmussen, director del videojuego. “La saga ya ha tenido un largo recorrido en las consolas de PlayStation, así que nos gustaría dar un nuevo enfoque a la saga si hiciésemos una hipotética cuarta parte.”
Aunque ya habéis leído la gran selección de juegos de Andresito para PlayStation, esta consola merece un segundo repaso. Porque su catálogo es impresionante y tan amplio que es difícil que haya dos listas iguales, porque es una gran plataforma que todos hemos disfrutado en algún momento y porque acogió en su seno el inicio de muchas de las franquicias que hasta ahora, generación tras generación, hemos disfrutado incansablemente. Va por ti, pequeña.