Hay varias épocas tanto o más oscuras que el tracto rectal de Rouco Varela dentro del mundo del videojuego. Una de ellas se inicia con la puesta en escena de las consolas de 32 y 64 bits, sucesoras de mastodontes como Mega Drive, Super Nintendo o Neo-Geo, quienes nos hicieron babear durante años con maravillas pixeladas. El caso es que a mediados de los 90 muchos juegos supusieron patadas en los hocicos del buen gusto, y bastantes de los que por entonces parecieron apañados ahora dan la sensación de ser abueletes reumáticos. Sin embargo, Crash Bandicoot emerge entre toda esa maraña de juegos rotos y reivindica sus buenas maneras mientras mira con desdén a la pila de mierda sobre la que se sustenta.
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Y sin embargo no suenan para ningún equipo
Top 10: juegos deportivos que han envejecido mejor que Míchel
Aunque todavía no lo sepáis, muchos de los simuladores deportivos actuales, los cuales rebosan jraficazos con texturas hasta para los poros de la piel, acabarán no ya obsoletos, sino incrustados en el cementerio de las obras que se van al garete porque su jugabilidad ha quedado más que desfasada por el tiempo. Por poner un ejemplo, FIFA 98 lo petó en su tiempo… y de no ser por que incluía un «modo fútbol sala» de él ahora no se acordaría ni Panete. No obstante, hoy no venimos a reivindicar bodrios, sino que vamos a reconocer a aquellos que a pesar de haber envejecido, lo han hecho de manera más que digna.
Cowabunga lo será tu puta madre
Retro ¿Amor?: Las Tortugas Ninja para MSX
Si hay una piedra con la que tropecé mil veces durante mi infancia y pre-adolescencia fue comprar juegos basados en licencias. Si los tropiezos hubieran sido literales, los dedos de mis pies serían a día de hoy muñones deformes de tanto impacto. Me la colaban siempre: adaptaciones peliculeras, de diversos arcades, de los juguetes de moda. Y me parece recordar que uno de los últimos juegos que compré para MSX antes de pasarme al consolismo fue este juego de las Tortugas Ninja… Y os aseguro que me arrepentí de ello.
El Dark Souls de los 16bits
Retro Amor: Shadow of the Beast
Se acerca el E3, y si hay un juego del que me gustaría saber algo más es del nuevo Shadow of the Beast para PS4 anunciado el año pasado. Aunque no espero más que un Hack & Slash con QTE’s a punta pala que aprovecha el tirón de un nombre conocido por los jugadores de 30 y pico que disfrutaron con el título de Psygnosis, el hecho de ser precisamente un jugador de 30 y pico que disfrutó con el título de Psygnosis hace que me sienta atraído por este renacimiento.
El padre de los beat'em up cooperativos necesita un Ilustre homenaje
Retro Amor: Double Dragon
Acabo de darme cuenta que pese a nombrarlo en varias ocasiones como uno de los juegos que más me ha marcado como jugador, no hay ningún texto dedicado exclusivamente a Double Dragon. Llegó la hora de ponerle remedio y dedicarle un merecidísimo Retro Amor a un título que debería ser reconocido por todo aquel que se denomina aficionado a los videojuegos.
Los 128 bits ya son retro
Retro Amor: The Mark of Kri
Os pido permiso para hacer el primer Retro Amor de un juego de Play Station 2. A pesar que todavía haya estanterías o cajones con “seminuevos” en el GAME, creo que con Play Station 4 ya en el mercado, dando un salto de dos generaciones, y que el juego en cuestión tenga ya más de 10 años son motivos suficientes para hacerlo. Además, si no me dais permiso me la suda, porque ahora mismo me apetece hablar de The Mark of Kri y así lo voy a hacer.
Profesor Moriarty, supongo
Retro Amor: Loom
La placidez de la Era de los Grandes Gremios tocaba a su fin. En lugar de buscar en su tejer neoconservador las causas de los errores en el Patrón que se propagaban por toda la Trama, los ancianos del Consejo pretendían echarle el muerto a otros. La llegada de la Tercera Sombra era inminente, el caos se extendería sin remedio. Bobbin Threadbare, un joven que acababa de cumplir 17 años, no veía perspectivas de futuro en su tierra, el acceso a la educación era imposible para un chico como él. Así que decidió seguir la recomendación de la vieja Hetchel de abandonar el Telar. Con lo puesto, dejó su isla natal para formarse como tejedor y encontrar su sitio en el universo —lo que viene siendo la enriquecedora movilidad exterior—. Intentaba huir de las garras de Caos.
¡Rubia! ¡Sube que te llevo!
Retro Amor: Out Run
El mundo de la automoción me la resbala muchísimo. Nunca me han interesado una mierda los coches, ni las carreras, ni los rallies, ni tampoco era de esos que se metía en una autoescuela nada más cumplir los 18 años. Para mi, un coche es un medio de transporte necesario que me lleva a mi y a mis trastos de un sitio a otro y no un objeto de deseo o un símbolo de estatus. Y, como podéis suponer, los videojuegos de la conducción no son mis favoritos. Pero aquí estamos, hablando de Out Run…
El Arcade de Castlevania
Retro Amor: Haunted Castle
Si alguno de los presentes no conoce la saga Castlevania merece ser expulsado a collejas hasta que no se pase el castillo invertido del Symphony of the Night. Sin embargo, supongo que habrá más de uno que desconoce que Castlevania, como muchos otros juegos de Konami, tuvo una versión Arcade. Y si no lo sabéis, seguramente se debe a que nos llegó con el nombre de Haunted Castle.
En realidad, los "otros" se llamaban Final Fantasy. De nada.
Los otros RPG de Squaresoft
Si preguntase qué os evoca la palabra “Squaresoft”, estoy seguro de que el chorromil por cien de vosotros respondería con dos palabras: Final Fantasy. No obstante, antes de su fusión con Enix, en una época en la que esta compañía japonesa lo petaba en el terreno del JRPG, no todo estaba relacionado con su serie predilecta. Ésta no eran más que la puntita del iceberg.
Tetas pixeladas, volumen 2
Retro Amor: Tomb Raider II
En el mundillo de los videojuegos, las excepciones al refrán “Segundas partes nunca fueron buenas” son legión (o al menos lo eran). Algunas de las grandes sagas que nacieron con los gráficos poligoneros de los 32 bits tuvieron grandes secuelas que ofrecían más y mejor que el inicio de la saga, aunque perdiendo parte de la frescura u originalidad que hace que los pioneros pervivan en la memoria de los jugadores con más viveza. Tomb Raider II es una de esas secuelas.
La máquina de la metralleta
Retro Amor: Operation Wolf
Si hay algo capaz de volver loco a la chiquillada en los salones recreativos eran aquellas máquinas que sustituían las palancas y botones por algo que acercara nuestra experiencia con el juego a la sensación de estar manejando algo más parecido a la realidad. No era raro ver arcades con volantes o manillares. Entonces llego Taito y deslumbró a toda una generación con una ametralladora. Y todos nos quedamos maravillados ante Operation Wolf.
Los videojuegos de G.I. Joe
Mucho ha llovido desde que Galious nos ilustrase con aquel Sex, lies, Toys & Videogames. Bratz, osos amorosos, Micro Machines, los inevitables Masters del Universo e incluso Mister Potato hicieron acto de presencia en ese texto. De todos ellos, me emocionó sobremanera la presencia de los G.I. Joe; que, tras las figuritas de Star Wars de Kenner, fueron mis juguetes preferidos durante bastantes años. Llama la atención que con el potencial de los Real American Hero -más tarde Real International Hero; la globalización ya planeaba sobre nuestras cabezas- los videojuegos no hayan exprimido más a conciencia y mejor esa vía. Ahora que vuelven a estar bajo los focos gracias a las dos deleznables películas de Stephen Sommers -¡Vade retro, Satanás!- y Jon M. Chu (por mucho John McLane que incluya, elegir al responsable de Justin Bieber: Never say never y Step Up 3D para dirigir una peli de los Joes es como arrojarlos a la fosa de Carkoon y defecar en plan guarro sobre nuestros recuerdos), creo que es un buen momento para repasar sus contadas y en general desafortunadas andanzas videojueguiles.