Si pensabais que Bruno había caído bajo el otro día, alabando el diseño de la PSP Go, vamos a rebajar más el listón, tirándolo al suelo si hace falta. A continuación, os ofrecemos el primer Retro Amor de un juego de Game Gear publicado en el Píxel Ilustre. Disfrutenlo.
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Más allá de los Reinos Olvidados
Retro Amor: Dark Sun-Shattered Lands
Cuando pensamos en Dungeons & Dragons y videojuegos, normalmente nos vienen a la memoria juegos como la saga Baldur’s Gate, Eye of the Beholder o incluso Demon Stone. El universo Forgotten Realms (Reinos Olvidados) ha sido el gran beneficiado de la unión del juego de rol más importante de la historia y el ocio digital. Los otros universos (Dragonlance, Al-Quadim, Ravenloft, Planescape, Menzobarran…) han sido menos explotados, con juegos más o menos exitosos. Pero sin embargo, la vez que más noté que se más acercaba el rol tradicional con lo que sucedía en la pantalla fue con Dark Sun: Shattered Lands.
Retro Amor: Elvira II, the Jaws of Cerberus
Mientras en España teníamos a Coral Bistuer presentando películas de kárate, los yankees, tan espabilados ellos, tenían a la señorita Elvira presentando filmes de terror. No es raro que con su voluptuoso aspecto se dedicaran cientos de pajotes prácticas onanistas productos a su exuberante figura, incluyendo unos cuantos videojuegos. Aunque el primero no estaba mal del todo, la segunda aparición de la conocida como Mistress of the Dark en los videojuegos, Elvira II-The Jaws of Cerberus, fue un juego bastante remarcable en el ya lejano 1.992.
Retro Amor: California Games
Ahora está de moda todo lo japonés: leer sus cómics, comer pescado crudo, vestir como daltónicos, llevar cosas de Hello Kitty y escuchar grupos de mierda como Dir en Grey, pero hubo un tiempo en que todo lo americano molaba. Queríamos ser los más populares de la clase llegando al cole montados en un monopatín, llevando deportivas chillonas con pantalones vaqueros rotos y, si nuestras madres nos dejaban, lucir un mullet como los críos de las películas (y los gitanillos de los billares, pero a nosotros no nos parecía lo mismo). Lo mejor que podían hacer nuestros padres era llevarnos a un McDonalds y el viaje soñado por todos era ir a Disneylandia. Y entonces, apareció California Games.
Retro Amor: La saga Street Fighter (II)
Tras el semi-fallido intento inicial con aquel Street Fighter, Capcom pegó el pelotazo padre con la salida de su secuela. Franquicias como Mega Man habían dado bastante prestigio a la compañía japonesa durante la reciente y moribunda época de los 8-bits, pero no fue hasta la aparición de Street Fighter II: The World Warrior cuando empezaron a llover billetazos, popularidad y, por qué no decirlo: la forja de la jodida leyenda de los beat ‘em up.
Retro Amor: Dynamite Dux
Si hubo un género de moda a finales de los 80 ese era el beat’em up. Los salones recreativos estaban llenos de videojuegos de repartir mamporros: Double Dragon, Golden Axe, Dragon Ninja, Vigilante… Entonces llegó SEGA con Dynamite Dux, con un look más infantiloide y “acartoonado” (de “cartoon”, no de cartón) y caló hondo en mi corazoncito de jugador.
Retro Amor: La saga Street Fighter (I)
Street Fighter es de una de las sagas más extensas y aclamadas de la corta historia de los videojuegos. Innovó desde su primera entrega, aunque realmente pegó el pelotazo a partir de aquel Street Fighter II: The World Warrior, cuando los Ryu, Ken, Chun-Li y compañía hicieron que montones de jóvenes se dejasen los cuartos en aquellas gloriosas salas de máquinas. Hoy, sin embargo, vamos a hablar de los inicios de la más conocida serie de Capcom.
Retro Amor: Gunstar Future Heroes
Gunstar Heroes es, sin duda alguna, uno de los mejores juegos de Mega Drive y de la década de los 90. Su frenetismo, sus jefazos, su originalidad a la hora de combinar fases de distinta naturaleza sin bajar nunca el nivel de calidad y su simple pero genial mecánica hicieron de este cartucho una obra maestra de las que perduran en el tiempo. Años después, Treasure (quien era poco propensa a crear secuelas) decidió darle una continuación para Game Boy Advance. Lo cierto es que no fue tan acertada como la primera parte, pero aun así es un juego muy aprovechable.
Retro amor: Wario Ware, Inc.
Dentro del catálogo de Game Boy Advance, aprovechando la arquitectura que poseía dicha portátil, Nintendo intentó sacarnos la pasta a mansalva con montones de remakes de la época supernintendera. Afortunadamente también se puso las pilas cuando tocaba y dio a luz a unas cuantas joyitas. Una de ellas es Wario Ware, Inc., un juego tan chuleta como su protagonista.
Retro Amor: Freddy Hardest
¡Qué Duke Nukem ni que Duka Nukam! Por mucho que nos canten las hazañas del Duke, los auténticos hárdcore players, aquellos que esperábamos 20 minutos de carga para jugar a un juego con 4 colores, unos cuantos años de su llegada tuvimos a su auténtico antecesor Made in Spain pero hecho a imagen y semejanza de los Action Hero de las películas americanas, con su prometedora carrera de actor, su rubia melena, sus esculpidos bíceps, su penetrante mirada, su brillante sonrisa y su mentón cincelado. Y por supuesto, playboy y juerguista. Se llamaba Freddy Hardest.
Retro Amor: Cannon Fodder
No hay nada comparable al verano. Siempre he tenido claro que es la mejor época del año. Y más en algunas zonas de España. Para mí, claro. No son pocos los que sufren los horrores (o más bien lo que algunos consideran como tales) de Don Lorenzo. A mí sin embargo me gusta pasar calor; ya sea trabajando, desplazándome, follando, charlando en una terraza, relajándome en una piscina o en el Mediterráneo follando, follando o haciendo deporte. Me gusta sobretodo si la alta temperatura viene acompañada de mucha humedad, en plan sofocante (la torridez en plan secarral propia de los lugares lejanos al mar no es lo mismo). Sudar a saco, vestir ligero de ropa, en gayumbos o directamente en bolas y recibir y soportar con una sonrisa en la cara los implacables y dañinos rayos solares (aka hace un sol de cojones de justicia) para después refugiarte en una gloriosa sombra. ¿Y por qué os explico todo esto si en el titular pone Retro Amor? Pues porque, para explicaros mi pasión por Cannon Fodder, antes considero necesario ilustraros la estrecha relación que vinculo entre los videojuegos bélicos de marcado carácter estratégico con la estación estival. Puede que sea una chorrada; pero soy de los que piensan que existen ciertos videojuegos cuya experiencia mejora ostensiblemente si nos viciamos a ellos teniendo en cuenta nuestro entorno con el fin de mejorar la inmersión . En este caso, me gusta encararlos bajo presión ambiental; asándome como un pollo, a 35 grados y con una humedad del 100%. Así me siento como el Capitán Willard remontando el río Nung camino a Camboya, mientras los charlies aguardan agazapados en la jungla; o como el jodido Teniente Coronel Gordon Tall (La delgada línea roja), enviando tropas a una muerte segura con el único propósito de conquistar una remota isla del Pacífico. Ya lo sé, me flipo cacho… pero no veáis qué bien me lo paso.
Mucho más sádico que quitarles la escalera de la piscina a los Sims
Retro Amor: Lemmings
Los leminos, conocidos popularmente como Lemmings, son un tipo de roedores miomorfos que habitan en zonas de tundra (azul y blanco), taiga (verde y rojo) y praderas árticas. Cuentan con un ciclo de reproducción bastante corto y su población se multiplica a una velocidad asombrosa en para compensar la falta de alimento en algunas épocas del año y la abundancia de depredadores que ven en los leminos una forma sencilla de alimentarse. Gracias al documental White Wilderness, realizado por Disney en los años 50, corre la leyenda que otro de los sistemas de control de población de los propios lemmings es el suicidio en masa, arrojándose al mar o a un río, aunque no existen más pruebas de eso además de las escenas del susodicho documental, supuestamente manipuladas. Y todo esto me la suda. Para mí los Lemmings siempre serán esos simpáticos bichitos con el pelo verde y una túnica azul a los que teníamos que ayudar a llegar a su destino, si eso era posible.
Retro Amor: Gunstar Heroes
Si comparásemos la guerra de los 16 bits con Rocky IV (Rocky=MD, Iván Drago= SNES), Gunstar Heroes sería el puñetazo que parte el pómulo del coloso soviético. Desde su lanzamiento, el Cerebro de la Bestia embistió de mala manera y con todas sus fuerzas a una Mega Drive cuyos títulos (salvo honrosísimas y no pocas excepciones) parecían más propios de una ocho bits dopada que de una máquina digna de levantarle la falda a Nintendo. La espectacularidad, los sprites reshulones, el profundo sonido, aquel añorado Modo 7 y una explosión de colores de fantasía marcaron las primeras oleadas de lanzamientos de la SNES. Un par de años en los que los poseedores de MD tuvieron que soportar una lluvia de piños muy similar a la que el Expreso de Siberia (AKA la muerte sin remisión) propinó al potro de Philadelphia durante los dos primeros asaltos de aquel filme de culto (¡Meh!). El desenlace del combate es lo de menos en esta peculiar comparativa. En el filme obviamente ganó Balboa, mientras que la guerra de los 16 bits se la llevó Nintendo a los puntos. Por mi parte, siempre pensaré que fue un empate técnico en toda regla. Sea como fuere, el primer juego de la mitiquísima Treasure marcó un punto de inflexión que niveló aquel inolvidable duelo. No es casualidad que detrás de algunos de esos abrumadores títulos de SNES (Super Castlevania IV, Super Probotector, Axelay) estuviesen algunos de los más relevantes ideólogos de Treasure; que en 1993, ante la perspectiva de participar en una nueva aventura vampírica de Konami, decidió batear las alas y volar en solitario.