FTL: Faster Than Light es el mejor roguelike que ha parido esta generación por un motivo muy simple: es capaz de demostrar al jugador, sin trampa ni cartón, que la victoria está y ha estado siempre al alcance de su mano; y que si no la ha alcanzado antes ha sido única y exclusivamente por su culpa. En otras palabras, que todas las muertes previas a terminar la partida por primera vez no han sido más que una suerte de (cruel) tutorial cuyo objetivo es enseñarnos a dominar cada pequeño apartado del juego. Rogue Legacy, sin embargo, hace todo lo contrario, convirtiendo la muerte del jugador en un mal necesario y obligatorio para poder avanzar.
22