Servidor es del tipo de jugador putomasoquista hasta límites insospechados en el género de los plataformas, y más aún tras la aparición durante la década pasada de títulos como el glorioso Super Meat Boy. El juego del Team Meat llegaba para dejarnos calvos al arrancarnos los pelos ante la dificultad de algunas de sus fases, pero se dejaba querer. Era un título cabronazo, pero la satisfacción que proporcionaba el superar determinados momentos era incomparable. Desde entonces, otros han seguido su senda.
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