Me gustó bastante Metro 2033 (aquí análisis de Andresito) por la sencilla razón de que los FPS pasilleros con buena ambientación, un poco de terror y monstruos siempre me recuerdan a Quake, el que yo considero EL SHOOTER. Metro: Last Light continúa por ese camino, y es un gusto echar el guante a un pegatiros donde la campaña es la protagonista indiscutible y no un mero trámite antes de ponerse a pegar berridos en el multijugador. Su antecesor también me llamó la atención precisamente por esto. Bueno, y porque era un juego sobre rusos. [Se pone en pie] Rossíya mat strana!.
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