Imaginaos la situación: somos un fornido guerrero o un experimentado soldado curtido en mil batallas, rápidos, ágiles, fuertes y capaces de curar las heridas más graves con tan solo ponernos un rato a la sombra. Sin embargo, un tronco caído en mitad del camino o incluso un miserable bordillo son suficientes para bloquear nuestro avance… Seguro que os suena a todos, ya que se está transformando en algo cada vez más habitual: los héroes de acción modernos no saltan.
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