Si algo se le daba bien a la Squaresoft de antaño era sacar RPGs de calidad cada dos por tres. Desgraciadamente los europeos nos tuvimos que comer los mocos durante mucho tiempo, viendo cómo no nos llegaban ni la mitad de los títulos que salían en Japón: ahí queda como ejemplo Final Fantasy VII, el primer Final que consiguió llegar a nuestras tierras. Pero lo peor no fue solo que nos perdiésemos los juegos de dicha serie, sino también todas las virguerías que iban apareciendo alrededor de la misma… y que en algunos casos la superaban. Sin embargo, con Seiken Densetsu tuvimos más suerte de lo habitual.
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