Algunos recordaréis que Galious, en su día, le dedicó un análisis bastante positivo a Shadows of the Damned. Por aquel entonces yo estaba «de baja laboral» y no escribía nada por aquí, pero eso no me impidió jugarlo y quedarme con unas ganas atroces de escribir sobre él en el blog. Así que ahora, completamente al margen de notas y demás parafernalia clásica de los análisis, voy a intentar plasmar en unos párrafos lo que siento por uno de los juegos más especiales de lo que llevamos de año. Tan especial que ni siquiera termino de comprender el por qué de este amor. Tan especial que pese a todos sus defectos yo veo un juego precioso. Tan especial que sé que esta relación no lleva a ninguna parte y aún así me da igual.
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