A veces parece que el culpable de todos los males de esta generación es Nintendo. Ellos son los culpables de que los videojuegos ya no sean lo que eran. Ellos y su maldita consola de sobremesa tienen toda la culpa de la sobresaturación de juegos malos y de que haya anuncios con niñas, chicas y señores mayores jugando. ¿Seguro? No. No sé si soy el único que lo piensa, pero ya noté que las cosas estaban cambiando con la consola vencedora de la pasada generación: la todopoderosa PlayStation 2 (A.K.A. “la plei”). ¿Mis razones? Os pongo unas cuantas después del salto.
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