Este western mata-mata es más clásico que una partida de mus con unos pacharanes después de comer y merece su rinconcito amoroso en este ilustrísimo lugar. En su versión de recreativa (también hay versiones para SNES y MegaDrive) me robó tantas pelas como para ficharme a CR7 como mayordomo personal. Vale, me mola exagerar, pero es que con 6-7 años jugaba a dobles con mi hermano mayor, al cual no le quedaba otra que sufrirme hasta que me mataban para poder intentar llegar lo mínimamente lejos… y creedme: no era fácil.
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