Nintendo decidió subirse al carro de las secuelas prematuras, de las continuaciones que aseguran dólares a mansalva y de la vagueza. Esto fue lo que pensamos mucho cuando recibimos el anuncio de Super Mario Galaxy 2, que a raíz de las primeras imágenes filtradas dejó entrever un estilo idéntico a su magistral predecesor. He decidido hacer caso omiso de cuanta información iba apareciendo y ponerle las manos encima sin ninguna idea preconcebida, y lo único que puedo decir antes de meterme con el análisis es: Mario es Amor.
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