Te despiertas jodido en tu casa. No sabes bien qué ha pasado. Te han dejado un mensaje para decirte que te han envenenado y te queda poco tiempo de vida. Si fueras Jason Statham te pondrías a gritar como un animal, te meterías en una espiral de cocaína, red bull, spray nasal, epinefrina, peleas, acrobacias y conducción temeraria que te mantendría con vida hasta que consiguieras vengar tu muerte. Pero no eres The Stath y esto no es Crank, la mejor película de la historia. Sólo te quedan 10 segundos. Ese es el tiempo que tienes para encontrar el antídoto en tu casa.
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