Valve es una compañía que muchos apreciamos. No solo por tener un sistema de distribución de juegos que ha puesto al PC en un lugar privilegiado como medio para los videojuegos sino por lanzar varias obras de ocio interactivo que ya están escritas a fuego en el panteón donde solo los mejores títulos tienen cabida. En esta casa tenemos a Valve en buena estima. Yo mismo llevo diez años como usuario de Steam desde que introduje la clave de un juego llamado Half Life 2 que había adquirido en una tienda Game. Pero no todo lo que rodea a Valve parece sacado de anuncios de compresas. Todo lo acontecido con la rescisión del equipo de traducción al español es prueba de ello.